Cuba es tierra de guajiras, de ron añejo, de arte y calles alegres, de coches americanos clásicos. Y de vinilos. Aunque en posesión de fuerzas armadas norteamericanos, dentro de una base militar tan desgraciadamente conocida como la de Guantánamo, se encuentra la mayor colección de discos gramofónicos con motivo militar del planeta.
Hasta 20.000 unidades podemos descubrir en este punto de la bahía caribeña, recluidas en unas instalaciones de radio y televisión que emiten para Radio Guantánamo (Radio GTMO), a los 6.000 hombres y mujeres que se concentran en sus labores de defensa para los EEUU.
Grabaciones en vivo de Bob Marley; Eugene Ormandy dirigiendo la Orquesta de Philadelphia; John Coltrane o la Mormon Tabernacle Choir, son parte de esta colección. Una serie de discos que se convirtieron en el mayor secreto por parte de los trabajadores de la emisora. El motivo: que los altos mandos de la base ordenaran destruir la colección -o enviaran fuera de la isla-, como ya se produjo con otras estaciones de radio del sistema de emisión del Departamento de Defensa Norteamericana.
Registrados cuidadosamente y alfabetizados en estantes de madera, estas grabaciones están catalogados en fichas archivadores. Una colección extensa que, valorada por los propios empleados de la estación, se estimó en un valor que podría empezar por los 3 millones de dólares. Luego en una segunda revisión, si la venta se realizaba de manera individual o por plataformas de comercio online, el valor descendía a 2 millones de dólares.
Un curioso tesoro que se encontraba guardado desde no hace mucho en una habitación con souvenirs de la estación –muñecos cabezones de Fidel Castro , camisetas, tazas o llaveros engalanados con “Rockin´in Fidel´s Backyard”-.
Y así, con la vuelta a la vida del vinilo empezaron a recuperarse cada una de estas preciadas piezas: la interpretación de Carlos Santana de Oye Como Va; The Grateful Dead tocando en Radio City Music Hall en 1980, Led Zeppelin, Brides of Funkenstein o The Doors. Todas ellas grabaciones predigitales, prensandas desde los años 50 hasta los 90.
Aún apuntando la cantidad de joyas que en esta estación de Guantánamo se esconden, y sabiendo del posible precio al que se podría tasar, la realidad es que su valor es incalculable. Y, francamente, sólo teórico. El motivo es que el vinilo está registrado con los derechos de la propiedad, en una reventa prohibida bajo los términos adquiridos por leyes militares –con un uso limitado sólo “autorizado por la comunidad de oyentes del extranjero de la armada norteamericana” como han asegurado algunos miembros de la base. Por lo que no puede ser subastado de ninguna manera.
Y su uso es casi anecdótico. Radio GTMO tiene tres estaciones de diferente formato asociadas con emisiones de programas norteamericanos de FOX, ABC o NPR, sólo dejando espacio para el uso de tocadisco en los llamados “Throwback Thursday”, donde los marines que sirven como DJ´s pueden desplumar libremente las estanterías. Y una vez al año, estos colaboradores pinchan los vinilos a petición de los radioyentes para recaudar fondos. Quienes llaman pagan un dólar para reproducir un corte de tan extensa colección.
Pero este tesoro no estará en Guantánamo para siempre. El ejército está digitalizando la música y tiene la intención de transmitir toda la colección a la Fuerzas Armadas de Radio y Televisión en el momento oportuno.
Fotos: Matt Yurus / Medill News Service / Jason Leopold
Fuentes: The Vynil Factory / Miami Herald