La lógica capitalista nos dice que sí; cuando aumenta la demanda y el producto empieza a escasear, los precios suben. Siempre ha pasado y siempre pasará. Pero a veces nos cuesta distinguir, lo que esta dentro de la normalidad y lo que es una poco ética campaña de marketing. Puede la muerte de un artista aumentar el valor de sus discos, es evidente en el sentido de que hay más demanda de discos y estos escasean, por lo menos las primeras ediciones. Pero este no es el caso; actualmente se hace un control del mercado con el fin de especular con los precios, dar la sensación al consumidor de que el álbum se agotará y que en un futuro valdrá mucho más caro, por lo que es el mejor momento para comprarlo. El ejemplo más claro sucedió hace poco con una de las últimas grandes perdidas de la música, la muerte del gran David Bowie.
Días antes de que se hiciese oficial, paseando por un gran centro comercial pude ver ediciones de su último disco, Blackstar , cubriendo las estanterías de la sección de música. Hecho que me resultó cuanto menos extraño. Recuerdo como fue el lanzamiento de su anterior disco, The Next Day, el secretismo en el que estuvo envuelto y como al éxito de crítica tampoco le acompañaron unas cifras de venta sorprendentes. Sí es verdad que fue número uno en algunos países, pero en España, por ejemplo, pasó sin pena ni gloria. Siendo sinceros con Blackstar me esperaba que la historia se repitiera, y me sorprendió tanta expectación. Más adelante me di cuenta de todo, sobretodo después de ver el videoclip Lazarus en el que el mismo Bowie parecía hacer una premonición de todo lo que vendría en los próximo meses.
En un artículo la revista online jenesaispop da buena muestra de todo el fanatismo que vino después. Su propio titular os dará una idea de lo que habla: “Drama para conseguir el vinilo de ‘Blackstar’ en todo el mundo”. Tiendas de toda España vivieron asombradas la demanda del último disco del genial artista, que sufrieron en sus propias carnes las consecuencias de tener un stock limitado. A los pocos días de su muerte todas sus copias se agotaron siendo las grandes superficies las encargadas de vender la mayor parte. En Discogs se llegaron a ofrecer algunas ediciones por más de cincuenta euros. Pasada toda la vorágine consumista, ahora conocemos gracia a The Official Charts, cuales son los discos de vinilo más vendidos del último año en UK. No nos sorprende nada que disco encabeza esta lista sea BlackStar de David Bowie.
Todo no queda aquí. En este Record Store Day dos de los discos más buscados fueron también de Starman; la reedición en picture disc del LP “The Man Who Sold The World” y el Single “TVC 15”. Y durante los últimos meses Amazon ha anunciado que dicho disco se agotó numerosas veces en distintos países. Ahora mismo es el mejor momento para vender un disco del genial artista británico, de hecho uno de sus ejemplares más preciados de Hunky Dory se subastará dentro de poco, y según los entendidos puede llegar a costar más de 36.000 £.
Después de lo dicho de Bowie, puedo ver a todo un ejército de antiguos
coleccionistas de discos revisando sus estanterías para encontrar algún antiguo disco de Prince
En un año tan negro para la música como el que vivimos, en el que cada mes nos abandona un genio, el último en irse ha sido el artista que antes y siempre será conocido como Prince. Afligidos por la pérdida no me resisto a preguntarme, ¿valdrán a partir de ahora más sus discos?
Después de lo dicho de Bowie, puedo imaginarme a todo un ejército de antiguos coleccionistas de discos revisando sus estanterías para encontrar algún antiguo álbum de Prince. También puedo imaginarme como subirán los precios en las diferentes aplicaciones de venta de discos de segunda mano y Amazon.
Aun así, no me deja de resultar toda esta situación algo estúpida. Soy admirador de Prince desde hace unos años y nunca, exceptuando la banda sonora de Purple Rain, me ha costado encontrar un disco suyo a buen precio en el mercado de segunda mano. Mi consejo es que no os vengáis arriba, y creáis que es el mejor momento para comprar un disco de Prince, seguramente sea el peor. Tiene cientos de trabajos que además han sido vendido en todos los países, lo más posible, es que cuando se pasen los primeros meses de todo lo que nos espera, vuelvan a su precio normal. Como siempre, el coleccionismo no es una ciencia exacta, pero esta apreciación no está hecha a la ligera. He llegado a comprar por sólo unas monedas discos buenísimos del multiinstrumentista más famoso de Indianápolis, y nunca me ha sido difícil encontrarlos. Además, después de todo, Blackstar se puede encontrar ahora mismo a mejor precio que nunca, y en la misma edición que han comprado la mayoría.