¿Cuando pasa una moda a establecerse como tendencia mayoritaria? Para saberlo debemos basarnos en estudios de marketing puro. En primer lugar se deben dar una serie de factores para que los actores importantes en el proceso (productores, vendedores y compradores) asimilen el producto y lo conviertan en un bien de consumo común.
En Gran Bretaña y EE.UU. se ha dado el primer paso para ello; la cadena de supermercados británicos Sainsbury’s ha anunciado que venderá discos de vinilo en sus tiendas, y al carro también se ha subido Tesco, otra importante franquicia de productos de primera necesidad. A la par, en el otro lado del charco, tiendas de ropa como Urban Out Sitters o las librerías Barnes & Noble se han decantado por vender entre sus productos discos de acetato.
Otro prueba que debe cumplir un producto para dejar de ser tomado como una mera moda pasajera, es que se establezca en el mercado sin irregularidades para garantizar su inversión segura. Debe pasar una serie de procesos de asimilación en la sociedad de consumo; como su introducción, asimilación, crecimiento, madurez y desvanecimiento o permanencia residual. Empieza cuando los “cazatendencias” observan una peculiaridad en un grupo de creadores de tendencias, que puede ser utilizada como producto. La cogen y la introducen en los mecanismos de la industria cultural, sale en anuncios, películas y revistas de moda. Finalmente cuando se convierte en común y no es algo de unos pocos, todos la compran por un periodo de tiempo. Sí el producto es útil y crea verdaderos adeptos pasará a ser algo duradero.
Para muchos los discos de vinilo sigue en un proceso de crecimiento, por lo que es un producto que merece la pena invertir, al contrario que otras marcas como Spotify que actualmente están en una etapa de desvanecimiento.
Este es el ciclo de las tendencias, pero el caso del vinilo ha tenido una serie de irregularidades que le impiden lograr una explosión mayor en sociedad actual. No ha sido un producto que la industria haya querido explotar, sólo lo ha hecho cuando se ha visto obligado a ello. Hemos hablado en repetidas ocasiones que producir a gran escala un disco de vinilo es caro y hasta hace poco, tenía una rentabilidad reducida en comparación a otros formatos.
Desde hace un año, anunciamos la crisis de superproducción, que hacía que en las cadenas de realización de discos se generase cuellos de botella haciendo que las fechas de entrega se retrasen. Y no sólo eso, también provocaba que el terminado no fuese todo lo bueno que que cabría esperar. Esto era debido a que existían pocas fabricas en todo el mundo que se dedicarán a la prensa de discos, he incluso pocos estudios especializados en la masterización en vinilo, es decir, la creación del disco negativo que se utilizaría para hacer los moldes de los discos. Los aparatos utilizados para hacer las prensas son antiguos y se basan en mecanismos de presión por vapor, que son propios de otra época.
Todo ello ha generado una situación extraña en el mercado, que se puede resumir en que los discos, para que sean productos de uso común, deben ser más baratos, o por lo menos tener una variedad y volumen de producción mayor para que contentar a todo tipo de compradores. Es una tendencia en auge, pero vender los discos más caros no esta dando el resultado esperado, porque para sacar de verdad rentabilidad se necesita vender más. En este sentido el mercado de segunda mano le esta sacando una ventaja increíble. La plataforma ventas de discos Discogs aumento el pasado año un 31%, teniendo un total de 95 millones de dólares en ventas totales. Se ha llegado a la situación, que muchos usuarios prefieran comprar discos a otros usuarios de esta plataforma que en tienda.
¿Qué se puede hacer para vencer a la venta de segunda mano? La primera opción fue intentar generar una apreciación falsa en el comprador de que se le ofrecía un producto de mayor calidad. Esto es totalmente falso, un disco nuevo, actualmente, no tiene porque tener mayor calidad, ni aunque pese 200 gramos, ni aunque este supervisado en su proceso de producción por el mismísimo Phil Spector.
En el proceso de calidad entra en juego muchos factores: Se deben de respetar los masteres originales analógicos, deben tener un proceso de masterizacion de alta calidad, ya puede ser de mitad de velocidad o parecido, y debe prensarse haciendo los test correspondientes y utilizando la maquinaria adecuada. Hoy en día pocos discos pueden asegurar este proceso, y cuando lo aseguran su precio es desorbitado. Por ello se están haciendo una serie de adelantos técnicos sorprendentes: El disco de vinilo HD, nuevas maquinas prensadoras y discos de materiales distintos. Además se están abriendo fabricas de prensado en todos lo países, en cuestión de meses han crecido al doble.
Todos estos avances van enfocados al mismo camino; abaratar y mejorar el terminado de la producción de discos. La jugada intenta ser reducir el gasto de producción un 40%, aumentar el volumen un 60% y garantizar la misma o mayor calidad. Y conseguir todo esto antes de que se desinfle el producto en el mercado.
No se buscaría que todos comprasen discos de vinilo, sino explotar el nicho de mercado hasta su máximo. Actualmente los discos de vinilo generan más dinero que plataformas de escucha gratuita como Spotify, ¿cuál puede ser su límite si todavía su rentabilidad está en ciernes?