Está en nuestro ADN, nos llamamos viniloadictos, siempre hemos apostado por el formato analógico. Sin embargo, lo que parecía una batalla perdida para el vinilo ha tomado un cariz diferente en los últimos meses.
Recientemente el jefazo de la BPI (British Recorded Music Industry), Geoff Taylor, ha declarado que a día de hoy, para ellos, la ventas de discos de vinilo es un negocio más lucrativo que las visualizaciones de vídeos por youtube en Reino Unido, aportando además datos para contrastarlo. Además existen otras noticias esperanzadoras para los amantes del acetato. La RIAA, (Recording Industry Association of America), publicó en su informe del primer trimestre de 2015 que las ventas de los discos de vinilo habían generado unas ganancias de 226 millones de dólares en Estados Unidos, representando un incremento de más de un 50 por ciento respecto al anterior año. Una auténtica barbaridad. Estamos hablando de que si presentaran estos mismos números para avalar otro formato musical, todas las empresas apostarían por él con lo ojos cerrados, desechando cualquier plataforma de descarga streaming. Tal es la situación que a estas alturas ya nadie duda de que los discos de vinilo han vuelto para quedarse, tanto que la revista Forbes prevé que su venta es uno de los negocios que más crecerá en este 2015.
Nuestra pregunta ahora es ¿Por qué? ¿Cuáles son las razones por las que el vinilo ha pasado en unos pocos meses de ser visto por los economistas como una moda pasajera a una tendencia de ventas que merece ser tomada en cuenta?
Obviamente, nadie tiene la última palabra sobre el tema, y aunque nosotros de economía sabemos lo básico, conocemos el perfil de los compradores de discos a la perfección. Por eso os daremos razones por las que creemos que el resurgir del vinilo ha sido posible.
No hace tanto que los que apostaban por la música digital argumentaban como mayor ventaja frente al analógico que presentaba una calidad de audio mayor. Actualmente, las impresiones de la mayoría han cambiado bastante al respecto. En la práctica la experiencia de escucha de un disco de vinilo es infinitamente mejor que la que ofrece un mp3.
En cambio, siendo objetivos, en teoría la diferencia real de calidad entre un buen formato de audio digital y un vinilo, no es tan evidente. De hecho daría para discutir todo el día, aportando datos para defender cada una de estas opiniones, y nunca se llegaría una respuesta concluyente. Lo que sí es obvio, es que la calidad que ofrecen las plataformas de escucha streming y el mp3 es inferior a la de un disco de vinilo, y a día de hoy, es más fácil vender el vinilo como formato de lujo musical que hace unos años.
Para explicar este punto nos viene bien empezar con una pregunta que os animamos a que la hagáis vosotros mismos a grupos de coleccionistas de toda la vida. ¿ha vuelto el vinilo? os adelantamos que la mayoría os responderán ¿Se había ido? Y es que muchos no dejaron de escuchar sus discos y cuando vieron que se volvían a comercializar volvieron a comprar nuevas ediciones. Además existía una idea generalizada en la mayoría de los antiguos oyentes de discos de vinilo, de que la experiencia de descubrir un disco era mucho mejor antes cuando se compraba en formato físico.
Tampoco es que los nostálgicos sean la mayoría de los actuales compradores,pero aun así, son un porcentaje a tener en cuenta, y unos de los factores que han beneficiado el incremento en ventas.
A muchos les cuesta reconocerlo, pero es la verdad. El vinilo ha estado muy unido al movimiento hipster desde sus inicios. Tenemos que tener en cuenta que actualmente este formato no se vende sólo para escuchar música, sino también porque forma parte de una moda. La gente que se siente interesada por esta subcultura intenta conocer todo lo referente a ella y por lo tanto, se interesa por todo lo vintage y compra discos de vinilo. Se vende la exclusividad de estar a la última, aunque esto sea volver al pasado. También se vende una estética y una forma de decorar acorde a una moda.
Particularmente pensamos que esto no es tan bueno como parece. Es verdad que no hay nada más potente que una moda para vender un producto, pero las modas son eso: modas. Tal como vienen se van y no crean un buen público, los que lo compran hoy, mañana comprarán otra cosa.
¿Porque triunfaron los Ipod? No fue porque fuesen los mejores reproductores portátiles de música del mercado, sino porque eran un producto de gran calidad, exclusivo y bello. Valían más que el resto pero garantizaban mayores prestaciones y una sensación de lujo. Eran caros cuando se comparaban con otros, pero realmente no tanto para hacerlos un producto inalcanzable. Lo mismo pasa con las tiendas Starbuck, es estúpido creer que su café es el mejor del mercado, pero en cambio la gente lo compra y paga más por la exclusividad.
Existe la creencia de que quieren vender el vinilo de la misma manera, y aunque por ahora la jugada les esté saliendo redonda, cuando inflas la burbuja de los precios corres el riesgo que explote y te cargues crear negocio a largo plazo.
Hemos dicho en otras ocasiones, que el fenómeno del resurgir del vinilo no ha sido prefabricado. No es producto de una estrategia mercantil, por lo menos en sus inicios. El vinilo ha resurgido por otros factores, pero lo que es indudable es que a la industria musical no le ha faltado tiempo para subirse al carro y comercializar mayor cantidad de discos de vinilo, y venderlos con su campaña publicitaria correspondiente.
Éste posiblemente es el factor más necesario para convertir un fenómeno de minorías en algo mayoritario. La industria obtiene pocos beneficios con las descargas y ven en el vinilo una salida a su crisis. No es de extrañar teniendo en cuenta que actualmente ganan casi lo mismo vendiendo discos de vinilo que descargas, con un volumen de ventas mucho menor. Les ofrece mayor rentabilidad aunque lo reconozcan en contadas ocasiones.
Éste es un factor que no se tiene muy en cuenta, pero que es enormemente importante, sobre todo para los compradores. La actual era digital te facilita hacer compras de cualquier disco desde tu casa sin necesidad de ir a una tienda y pagar los precios que ponga el vendedor de turno. El comprador paga el precio que crea correcto por el disco que quiere, o puede incluso negociar con el comprador. No tiene porque adaptarse al catálogo de una tienda. Lo extraño es que aunque esta característica ha sido muy importante para volver a animar el interés en la compra de discos, los álbumes que más se están vendiendo actualmente por internet son los mismos que están disponibles en las tiendas de discos de las grandes superficies.