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Vinilomania
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¿Compro los discos en tienda o por Internet?

Por
Ignacio Galindo

¿Por qué comprar en tiendas?

Hubo un momento que marcó el inicio de una nueva era para la venta de discos. No fue la creación de Amazon, Discogs o Ebay, o cualquier otra plataforma por el estilo, ni tampoco cuando en los centros comerciales volvieron a poner estantes de vinilos. Fue la primera vez que un adolescente entró en una tienda de discos y dijo: “Vendéis discos de vinilo, como mola”.

Antes, esas tiendas de discos que siguieron fieles al formato después de la aparición del CD, tuvieron que soportar durante décadas la sucesión constante de reproches, críticas y consejos mal intencionados de sus clientes, casi todos enfocados al mismo tema, que se puede resumir en una frase: ¿Todavía vendéis discos de vinilo?. Esas tiendas viven ahora un renacer en ventas, mientras que las que hicieron caso a las modas mordieron el polvo. Por eso es justo, a estas alturas, entonar un réquiem por ésas, las que lo intentaron pero no pudieron, ésas que cerraron porque no tenían más remedio, porque sus clientes fieles amantes de los discos de vinilo no les daban para sobrevivir.

Las que siguieron, ¿Cómo lo hicieron? Hay dos casos: Las que fueron en un tiempo tan grandes y tuvieron tanto éxito, que cuando llego la crisis las amedrentó pero no lo suficiente para desaparecer. Y esas otras que siempre fueron pequeñas pero que se volvieron locales de culto para sus clientes. Compradores compulsivos que cumplieron su cita con la música todos los meses, lo suficiente como para mantener el negocio.

Y a todo esto que llega la revolución digital, no sólo al formato y las descargas, sino también
a las ventas por internet. Un difícil competidor, porque no juega limpio. Puede ofrecer el mismo producto pero a un precio más barato. No tiene que pagar local y tiene un stock prácticamente infinito. Estas tiendas ¿Cómo luchan contra esto? Pues de la única manera que pueden, bajando los precios y ofreciendo consejo y seguimiento a los clientes.

Todos los vendedores reconocieron la llegada de amazon como un golpe bajo. Los que no regularon y cambiaron su estrategia a tiempo también cayeron, y esa guerra todavía se sigue librando, pero afortunadamente entran nuevos clientes a los con los que todavía se pueden hacer fieles, y ofrecen una redención y una segunda oportunidad para crear una nueva generación de amantes de las tiendas.

¿Por qué comprar por Internet?

En la vida hay que ser realistas, y sobre todo con lo concierne a temas económicos. Si se pueden conseguir los discos más baratos que en tienda, compraré los discos por internet. No hay más que hablar. Además se encuentra casi todo por la red y puedes comprar sin moverte de casa. Todo son comodidades, o casi todo.

¿Quién no se ha llevado un chasco? Cuando te llega el ansiado paquete y ves que se te
ha doblado el disco, rayado o directamente roto. No es lo normal, lo sé, pero en serio ¿No os ha pasado? Te pasa una vez y ya tendrás el temor de por vida.

Otra cosa que después no sé si también os ha pasado, es que el disco no es como esperabas. Desgraciadamente ahora, aunque nos quieran hacer pensar lo contrario, a los amantes de los discos nos tienen bastante desinformados. Te dan la oportunidad de escuchar el disco antes de tenerlo pero información sobre la edición es casi imposible de conseguir. A veces cuando es una edición especial y hay fotos por Internet de la compañía, pero sino te toca comerte los mocos. Tanto como si tienes una sorpresa y te viene un libro con fotografías del grupo, o como si no te viene absolutamente nada, más que un austero encarte, en esos casos te toca contentarte con lo que tienes. Nadie te va a descambiar un disco por nada. En esos casos se echa de menos alguien a quien preguntarle: ¿Cómo es el disco? Un buen vendedor por lo menos te dirá si es una edición currada, e incluso si conoce el sello te dirá si suena mejor o peor.

Sobre preferencias cada uno tendrá la suya, y sobre todo obrará en conciencia, para los nostálgicos una tienda de discos no es sólo “una tienda de discos”. No quiero pecar de sensiblero, pero aunque no compres es un lugar al que siempre te gusta ir, aunque sea para ponerte los dientes largos, y fantasear con robar un disco. Lugares que ha marcado la vida de muchos, por entre muchas cosas,  la ilusión de encontrar lo que buscabas o de mantener una conversación con alguien que conoce por lo que estas pasando cuando encuentras un disco raro. Por mucho que pueda parecer que se tenga la opinión dividida, hay rutinas que no se pueden cambiar, por mucho que la lógica juegue en tu contra.